i
ADVIENTO I- DOMINGO DIA 1
DICIEMBRE
Con este domingo primero de Adviento, la iglesia
nos invita a prepararnos para la
Navidad. La Navidad en la que celebraremos un año más el acontecimiento central
de la historia de la humanidad: el
nacimiento del Hijo de Dios en Belén, nuestro Señor Jesucristo, nuestro
salvador.-
Jesucristo no es cosa del pasado: siempre es
alguien presente y alguien futuro. Está con nosotros, pero siempre viene a
nuestro encuentro. Camina a nuestro lado, pero siempre es inalcanzable.
Jesucristo siempre es mucho más, por eso nos cautiva y nos atrae. Por eso el
tiempo de Adviento nos invita a renovar la ilusión mirando al futuro,
superarnos, a saber esperar y desear. Y a repetir incesantemente la oración del
Adviento: “Ven, Señor Jesús”. La
salvación nos viene de Dios. Con ese deseo caminamos hacia la Navidad, porque
en ella esperamos de nuevo encontrarnos
con nuestro Dios y salvador.-
Para
ese encuentro, tenemos que preparar nuestra morada interior, limpiarla de
impurezas, quitar estorbos, adorlarla y perfumarla con flores de virtudes y
aromas del Espíritu. Virtudes como la esperanza, el amor, la humildad, la
vigilancia, limpieza espiritual.
Adviento significa “venida”. Es muy
importante en nuestras vidas esperar en Dios, en alguien que viene a salvarnos,
alguien que no es uno cualquiera, es el Enmanuel, el Dios con nosotros. Alguien
que nos ofrece luz y sentido para nuestra existencia.- Lo peor que puede ocurrirnos es vivir como
insensibles al bien, como ciegos, embotados, sin ilusiones ni esperanzas. El
Señor nos previene en el Evangelio : “Velad.¡ Vigilad!”. No vivamos dormidos.No
se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y os
hagáis insensibles a la verdad”.. Estad siempre despiertos, vigilantes..” El
Adviento es anhelar: no podemos conformarnos con la rutina y la mediocridad. Nuestra capacidad es grande,
ilimitada.. Adviento es esperar: esperar es trabajar para que nuestros deseos
se realicen. Esperar es poner en movimiento todas las capacidades personales al
futuro. Y porque lo que deseamos y
esperamos nos sobrepasa, por eso necesitamos orar, suplicar a Dios: Ven Señor,
venga a nosotros tu reino, Señor. ..Sólo Dios tiene palabras de vida eterna. Sólo Jesucristo es el camino, la verdad y la
vida Lo dijo claramente:” Yo soy el camino, la verdad y la vida”.
Caminamos al encuentro con Dios, a la unión de
amor con Dios. Y cómo se verifica esta su llegada a nosotros y éste nuestro
recibimiento : mediante la fe.- Señor, en este tiempo de adviento,
auméntanos la fe. ..- Esta adhesión vital al Dios encarnado en Jesucristo,
que llamamos fe, tiene grados: puede ser una fe inerte y pasiva, puede ser
dudosa, puede estar fatigada, o casi muerta...Danos, Señor, una fe viva,
personal, auténtica, eficaz, plena. El encuentro con Cristo se realiza en un
“sí” a su palabra, a su evangelio, a sus mandamientos, aceptándole como
Maestro,, como salvador, tal y como él mismo se ha definido, y como nosotros en
la Navidad queremos reconocerlo y en cierta medida experimentarlo: “Yo soy
el camino, la verdad y la vida”
Escuchemos de nuevo lo que nos dice el
Apostol San Pablo en la carta que antes hemos escuchado: “ Que el Señor os
fortalezca interiormente, para que cuando el Señor vuelva os presenteis santos e
irreprensibles ante Dios nuestro Padre. Proceded para agradar a Dios.Pensad en
la gracia que Dios os ha dado en Cristo Jesús. Pues por El habeis sido
enriquecidos en todo : en el hablar y en el saber...Dios os llamó a participar
en la vida de su Hijo, Jesucristo Señor Nuestro.¡ Y él es fiel ! “- A cuantos
lo aceptan , lo reciben , los asocia a sí mismo, los da el poder de llegar a
ser hijos de Dios.
Como nos recuerda la primera lectura: Dios es
nuestro Padre; nosotros somos como la arcilla en manos del alfarero. El es el
alfarero; y si nos ponemos en sus manos y nos dejamos moldear por El, seremos
obra perfecta salida de sus manos. Si prescindimos de El, seremos unos
cacharros rotos e inútiles
No hay comentarios:
Publicar un comentario