Fundación
de la villa de Caravaca. Púsose el Santísimo Sacramento, día de año nuevo del
mismo año de 1576. Es la vocación del glorioso San José (2).
. Yo, como vi el deseo y hervor de aquellas almas, y que de tan
lejos iban a buscar la Orden de nuestra Señora, hízome devoción y púsome deseo
de ayudar a su buen intento. Informada que era cerca de Beas, llevé más
compañía de monjas de la que llevaba porque, según las cartas, me pareció no se
dejaría de concertar, con intento de, en acabando la fundación de Beas, ir
allá.
Mas como el Señor tenía determinado otra cosa, aprovecharon poco
mis trazas, como queda dicho en la fundación de Sevilla; que trajeron la
licencia del Consejo de las Ordenes de manera que, aunque ya estaba determinada
a ir, se dejó .
Verdad es que, como yo me
informé en Beas de adónde era y vi ser tan a trasmano y de allí allá tan mal camino,
que habían de pasar trabajo los que fuesen a visitar las monjas, y que a los
prelados se les haría de mal, tenía bien poca gana de ir a fundarle. Mas porque
había dado buenas esperanzas, pedí al padre Julián de Avila y a Antonio Gaytán
fuesen allá para ver qué cosa era, y si les pareciesen, lo deshiciesen.
Hallaron el negocio muy tibio, no de parte de las que habían de ser monjas,
sino de la doña Catalina, que era el todo del negocio, y las tenía en un cuarto
por sí, ya como cosa de recogimiento.
El P. Julián informó que la
disposición que hallamos es la mayor que se ha visto en ninguna de las
fundaciones.
Las
monjas estaban tan firmes, en especial las dos, digo las que lo habian de ser,
que supieron tan bien granjear al padre Julián de Avila y Antonio Gaytán, que
antes que se vinieron dejaron hechas las escrituras , y se vinieron dejándolas
muy contentas; y ellos lo vinieron tanto de ellas y de la tierra, que no
acababan de decirlo, también como del mal camino. Yo, como lo vi ya concertado y
que la licencia tardaba, torné a enviar allá al buen Antonio Gaytán, que por
amor de mí todo el trabajo pasaba de buena gana, y ellos tenían afición a que
la fundación se hiciese. Porque, a la verdad, se les puede a ellos agradecer
esta fundación, porque si no fueran allá y lo concertaran, yo pusiera poco en
ella.
Madre Teresa había delegado en sus amigos y colaboradores Julián
de Ávila y Antonio Gaytan, y le facilitaron tanto esta Fundación que la dejaron
prácticamente terminada. Antes de marcharse, Incluso dejaron firmadas unas escrituras el 18 de marzo
de 1575 sobre asuntos económicos.
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