martes, 20 de marzo de 2012

PROCURAR QUITARLAS EL TRABAJO Y TOMARLE ELLA PARA SÍ



PROCURAR QUITARLAS EL TRABAJO Y TOMARLE ELLA PARA SÍ

Cuando santa Teresa residía en el Monasterio de la Encarnación, de 1535 a 1562, una de sus debilidades era hacer esto que aquí aconseja a sus monjas de san José, quitar el trabajo que otra monja tenía que hacer y hacérselo ella. Cuentan que cuando llegaban las monjas a su sala de ropero, donde cada una tenía que quitarse la capa, doblarla y colocarla en su arca, Teresa ayudaba a quitarse la capa a las mayores y ella se ofrecía a doblarlas y colocarlas en su sitio.

También tenía la costumbre de colocarse en un descansillo de la escalera, con una vela o un candil encendido, para alumbrar las y aupar con su mano a subir los pasos a las ancianas. Esta forma tan práctica y atrayente de amar al prójimo, lo dejó escrito con palabras sencillas.

En una familia, se deben cuidar las palabras para no herir a nadie. Y comportarse con humildad, no emulando ser mejor que nadie y mendigar que la alaben y aprecien más que a otras. Dice Madre Teresa que con sólo imaginar que pudieran suceder estas cosas en su grupo, se le hiela la sangre. La escuchamos:


Es también muy buena muestra de amor en procurar quitarlas de trabajo y traerle ella para sí en los oficis de casa, y también de holgarse y alabar mucho al Señor del acrecentamiento que viere en sus virtudes.

Todas estas cosas, dejado el gran bien que trae consigo, ayudan mucho a la paz y conformidad de unas con otras, como ahora lo vemos por experiencia, por la bondad de Dios. Plega a su Majestad lo lleve siempre adelante, porque sería cosa terrible ser al contrario y muy recio de sufrir: pocas y mal amenidad no lo permita Dios

Si, por acaso, alguna palabrilla de presto se atravesase, remédiese luego y hagan grande oración; y en cualquiera de estas cosas que dure, o bandillos o deseo de ser más, o punto de honra ( que parece se me hiela la sangre cuando esto escribo de pensar que puede en algún tiempo venir a ser, porque veo es el principal mal de losmonasterios), cuando esto hubiese, dense por perdidas. Piensen y crean han echado a su Esposo de casa y que le necesitan a ir a buscar otra posada, pues le echan de su casa propia. Clamen a su majestad. Procuren remedio (CP 7, 9-10)



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