El catalán san Enrique de Osso, escribiendo sobre su protectora
santa Teresa, se propone despertar, avivar y perfeccionar la confianza que todos los españoles debemos tener a nuestra patrona santa Teresa.
A este fin fue coleccionando elogios, sobre la Mística Doctora, de diversos autores. Son flores escogidas, decía, con las que intentamos tejer una guirnalda para orlar las sienes de nuestra heroina española, para que así mejor cautive el afecto, admiración y confianza de los lectores.
El primer testimonio es del mismo Jesucristo:”Asegurome Jesucristo que me prometía que ninguna cosa le pidiese que no la hiciera”, palabras de Santa Teresa”. Palabras que le dijo Jesucristo: “En adelante como verdadera esposa, velarás por mi honra; ahora ya eres mía, y yo soy tuya”.
Otras palabras de Jesús a Santa Teresa. “Yo te doy, hija mía, todos mis merecimientos para que, como propios tuyos, puedas alcanzar de mi Padre soberano cuanto pidas”.
La iglesia nuestra madre, columna y fundamento de toda verdad, que no peca por exageración, hace de santa Teresa de Jesús y de sus escritos un tan cumplido elogio, que no lo ha prodigado a ninguna otra santa. “Los escritos de santa Teresa de Jesús, dice, están llenos de celestial sabiduría, son muy propios para elevar el corazón de los fieles y encenderlos en el amor de las cosas celestiales”.
Gregorio XV la llama “nueva y sublime luz de la Iglesia”, y ordenó colocar su imagen a la entrada de la nave central de la Basílica de San Pedro, la primera en la precedencia.
A los visitantes de este BLOG les dará mucha alegría si van a la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, y se encuentran, al entrar en la iglesia, con la imagen de Santa Teresa, la primera de todas.
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