EL EVANGELIO, SEGÚN SANTA TERESA.XI
El profesor de la Universidad de Salamanca y gran poeta, nada menos que fray Luis de León, elogiaba así a nuestra Santa: “A lo que yo puedo juzgar, quiso Dios en este tiempo, cuando parece triunfa el demonio en la muchedumbre de los infieles que le siguen, y en la porfía de tantos pueblos de herejes, que son de su bando, para envilecerle, y para hacerle burla, ponerle delante, no un hombre valiente rodeado de letras, sino una mujer pobre y sola que le desafiase, y levantase bandera contra él, e hiciese públicamente gente que le venza, huelle y acocee…;
y habiendo muchos que con sus errados ingenios , y otros con sus perdidas costumbres aportillan el reino, que una mujer alumbrase los entendimientos y ordenase las costumbres de muchos, que cada día crecen para reparar estas quiebras”.
y habiendo muchos que con sus errados ingenios , y otros con sus perdidas costumbres aportillan el reino, que una mujer alumbrase los entendimientos y ordenase las costumbres de muchos, que cada día crecen para reparar estas quiebras”.
Su principal arma: su pluma, su doctrina. Nuestra reflexión hoy se centra en estos textos teresianos:
Nunca nos vaya bien, yendo contra la voluntad de nuestro Bien.
Ayuda Dios a los que por El se exponen a mucho, y nunca falta a quien en El sólo confía.
Por la fe o cualquier verdad de la Sagrada Escritura, me pondría yo a morir mil veces.
Es grandísimo bien padecer trabajos y persecuciones por el Señor.
¿Para qué es la vida y la salud, sino para perderla por tan gran Rey y Señor?
Húndase el mundo antes que ofender a Dios.
Húndase el mundo antes que ofender a Dios.
AMEN
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