lunes, 15 de marzo de 2010

LA CRONISTA PINEL Y EL MONASTERIO DE SANTA TERESA

Ángel músico, sonando el abogue
o chirimía. Juan de Arfe, a. 1571.
Custodia del Corpus, Catedral de Ávila

LA CRONISTA PINEL Y EL MONASTERIO DE LA ENCARNACIÓN


El manuscrito de María Pinel, que presentamos ayer, consta de 260 folios manuscritos. Son un canto épico al monasterio de la Encarnación de Ávila. Copiamos algunos párrafos, para mejor conocer este monasterio en el que santa Teresa vivió treinta años.


A este soberano jardín, a donde Nuestro Señor fue servido de plantar esta oliva (santa Teresa), cuyo fruto ha dado tanta luz a la Iglesia, y ennoblecido este solar de donde sacó tantos renuevos. Este clarísimo lucero de la Iglesia, que en el sexo mujeril tuviese aliento para reformar una Religión, hazaña mayor que formarla de nuevo.


Aquí veo aquella pequeña nubecilla que se levantó del mar, que, después, dilatada por todo el cielo, fecundó la tierra con copiosos raudales, y en ello se me representan los cortos principios de este religioso convento, y en él los de nuestra Reforma, pues todo lo grande, que hoy se mira y admira en ella, tuvo su origen en este pequeño punto.


¡Quién, pues, juzgara, aunque propusiera delirios en la imaginación, había de llegar a verse nacer de tan pequeña fuente un río tan caudaloso, una familia de las mayores de la Iglesia de Dios!

¿Qué gloria habrá en la descalcez que no sea otra estrella más para la corona de la Encarnación de Ávila? Y no tendrán término sus glorias hasta que acabe el mundo su carrera?

Trono para la gran reina Teresa de Jesús, eso fue esta casa abulense. Casa madre para tal hija. Jardín para una cepa, cuyas vástigas se han extendido por toda la redondez de la tierra. Fuente del espíritu que se convirtió en rio caudaloso.


No hay comentarios:

Publicar un comentario