En la Custodia del Corpus. Catedral de Ávila
EL EVANGELIO, SEGÚN SANTA TERESA. X.
Nos resulta muy triste constatar el alimento de que nutren su inteligencia tantos jóvenes y adultos, en nuestro tiempo. ¿Qué leen? ¿ Qué ven en las pantallas o por internet? Si el alimento no es sano, o está lleno de ponzoña, o es nocivo para la salud mental y psíquico, el resultado son personas sin carácter, sin ideales nobles, sin capacidad de sacrificio, sin nobleza, sin esfuerzo, envilecidos.
Los escritos de santa Teresa ofrecen un alimento fuerte, que ha interesado a lo largo de más de cuatro siglos a gente de toda clase y condición, de diversas ideologías y religiones, porque en ellos han descubierto la verdad.
Este es el menú que ofrezco hoy a los comensales que acuden a este BLOG teresiano.
La santa pobreza es un bien que todos los bienes del mundo encierra en sí: es un señorío grande: es señorear todos los bienes de él, a quien no se le da nada de ellos.
No hay cosa que mejor haga rendir a Dios como la humildad.
Es hermoso trueque dar nuestro amor por el de Dios.
El verdadero amor de Dios, si es auténtico, y ya libre de las cosas de la tierra del todo, y que vuela sobre ellas, es señor de todos los elementos del mundo.
Dios permite días de grandes tempestades en sus siervos, para más bien suyo.
Dios no deja ningún servicio sin paga.
Tu deseo sea el de ver a Dios: tu temor, si le has de perder; tu dolor, que no le gozas; y tu gozo, en lo que te puede llevar allá, y vivirás con gran paz.
AMEN
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