DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA
En el capítulo 33 de Camino de Perfección Santa Teresa glosa esta petición del Padre Nuestro. Le pedimos a Dios el pan o alimento para el cuerpo, y, sobre todo el pan para el alma.
La Santa nos traslada inmediatamente al plano de la indigencia del espíritu, del alma: al pan por antonomasia que es la Eucaristía. Centra toda la atención de los lectores en cómo y por qué decir al Padre que necesitamos el pan eucarístico, que lo necesitamos para cada día, que lo necesitamos para hoy. A este propósito, santa Teresa nos descubre tres convicciones fuertes: 1ª Que sin la Eucaristía nos sería imposible hacer la voluntad del Padre, y, por consiguiente, quedaría frustrada la petición central del Padrenuestro: “hágase tu voluntad”.
2ª Que es el Padre mismo quien nos da el pan de la Eucaristía, y en ella nos da su Hijo. 3ª Que en esa petición, Jesús se asocia a nosotros para pedir al Padre el don del pan eucarístico. No podríamos cumplir la voluntad del Padre si no nos diera el remedio para ello. La escuchamos:
Pues, visto el buen Jesús la necesidad, buscó un medio admirable adonde nos mostró el extremo de amor que nos tiene, y en su nombre y en el de sus hermanos, pidió esta petición: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy, Señor”.
Visto en buen Jesús lo que había dado por vosotros (nuestra voluntad), y cómo nos importa tanto darlo y la gran dificultad que había para cumplirlo por ser nosotros tales y tan inclinados a cosas bajas y de tan poco amor y ánimo, que era menester ver el suyo para despertarnos, y no una vez sino cada día, aquí se debía determinar de quedarse con nosotros. Y.como era
cosa tan grave y de tanta importancia, quiso que viniese de la mano del eterno Padre.
Padre ¿ por qué quereis cada día ver en tan ruines manos a vuestro Hijo?¡Oh Señor eterno! ¿Cómo aceptáis tal petición? ¿Cómo lo consentís?¡ Pues, por nosotros, se dejará cada día hacer pedazos! (CP.33, 1-4).
No hay comentarios:
Publicar un comentario