En tiempos de santa Teresa incurren algunas mujeres piadosas en situaciones de iluminismo y de visiones que eran invenciones de su fantasía. Y como estas falsas formas de religiosidad algunos las achacaban a la “oración”, que las tales visionarias decían tener, pensaron que la “oración” era un peligro del que había que huir. Así, desde la reacción contra casos aislados de mujeres embaucadoras y visionarias, se pasa a la prevención total contra todas las mujeres sin excepción.
Ocurre, a la vez, que algunos libros religiosos estaban impregnados de luteranismo, y, para prevenir que cayeran en manos de los fieles cristianos, decidieron prohibir la lectura de cualquier libro piadoso-
A Madre Teresa le llega ese oleaje en directo. Tiene que entregar los libros de oración, como consecuencia del decreto inquisitorial de 1559. Algunos teólogos, en caso de dudas, prohíben la comunión frecuente y la oración. Y lo que es peor, logran infundir un miedo horrible a las almas que hacen oración, sea mental o contemplativa.
Madre Teresa sale al paso con un tono radical y claro en defensa de la oración y de la vida contemplativa. En este contexto histórico, escuchamos a nuestra Santa:
Ningún caso hagáis de los miedos que os pusieren ni de los peligros que os pintaren.Pues bueno anda el mundo para que os le dejen tomar en paz (el divino tesoro). Pues, cuando yéndole a ganar o a robar, como dice el Señor que lo ganan los esforzados, y por camino real, y por camino seguro por el que fue nuestro Rey, y por el que fueron todos sus escogidos y santos, os dicen hay tantos peligros y os ponen tantos temores, los que van – a su parecer- a ganar este bien sin camino ¿qué son los peligros que llevarán?
Pues creedme vosotras y no os engañe nadie en mostraros otro camino sino el de la oración. Ya no hablo ahora en que sea mental o vocal para todos; para vosotras digo que lo uno y lo otro habeis menester; éste es el oficio de los religiosos. Quien os dijere que esto es peligro, tenedle a él por el mismo peligro y huid de él; mas camino de oración camino de peligro, nunca Dios tal quiera. El demonio parece ha inventado poner estos miedos . Peligro será no tener humildad y las otras virtudes.
Dejaos de estos miedos. Mirad que no son tiempos de creer a todos, sino a los que viéreis van conforme a la vida de Cristo. Procurad tener limpia conciencia y humildad, menosprecio de todas las cosas del mundo y creer firmemente lo que tiene la madre santa Iglesia, y a buen seguro que vais por buen camino (CP 21, 3-9).
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