Hoy la iglesia celebra la fiesta de una gran santa española,la de María Micaela del Santísimo Sacramento, nacida en Madrid en 1809 y fallcida en Valencia en 1865, fundadora de las Religiosas Adoratrices, extendidas por todo el mundo. Su carisma específico fue la adoración al santísimo Sacramento de la Eucaristía, en el que veía a Dios escondido, como amigo verdadero, con quien se iba a consolar, y el cuidado y rehabilitación de chicas en las peores circunstancias de corrupción, fundando colegios y residencias para ellas.
Pero en nuestro BLOG hacemos mención especial de esta Santa por su cariño a santa Teresa de Ávila. Leía sus escritos en momentos que necesitaba refrescar su ánimo :"Esta es buena ocasión de leerla, por ver si me distraigo de las penas, soledad, y tristeza tan honda y grande que me devora, con un cambio de vida tan violento y tan penoso...¡oh! que consuelo sentía. Cogí las Obras de Santa Teresa, fue como un bálsamo para mi corazón esta vez: las tres o cuatro que las empecé me sorprendió sobre manera el entenderlas y más el hallar gusto especial, tanto que yo diría nos hicimos amigas íntimas, pues yo la llegué a querer mucho".
Sor Micaela tenía ganas de que alguien le regalara una imagen de Santa Teresa y así se lo pedía a ella. Y la hizo caso, como nos cuenta a la Adoratriz :"Una tarde, al anochecer, ya no veía, cerré el libro de santa Teresa, con pena de dejarlo, y le dije:"Santa mia, si quieres que yo tenga tu imagen,vente tu a mi casa por tu pie, que yo no tengo dinero para comprarte". Y en esto, llaman a la puerta, y era una señora, la mujer de un cirujano, que hacía un año que vi. Me contó que después que me vio, al entrar en un oratorio- donde tenían una imagen de Santa Teresa- parece que la Santa me decía que se quería venir con Vd., y a mi marido, que no la conoce a Vd., le pasaba lo mismo, y no nos hemos dicho nada el uno al otro por no tener pena".
"Anoche se puso muy malo, de modo que se moría. Al recibir el Viático ofreció, si se mejoraba, enviarle a Vd. la imagen de la Santa. Como seguía mejor, lo olvidamos. Y se puso peor esta tarde y se la he traido enseguida.Recíbamela Vd., señora, por Dios, que mi marido se muere".
Y María Micaela respondió: "Traiga Vd. la Santa...Yo pensé,al ver el modo en que venía, no sería gran cosa; era magnífica efigie. Confieso que fue una gran sorpresa, muy grata para mí".
Como esta religiosa, seamos también nosotros devotos de santa Teresa y lectores de sus Obras,, pues seguro que nos servirá de refrigerio y solaz en nuestra vida. Un cordial saludo.Nicolás González
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