viernes, 5 de marzo de 2010

EL EVANGELIO, SEGÚN SANTA TERESA. X.

Angel músico, tocando el laud.Juan de Arfe.1571-

En la Custodia del Corpus. Catedral de Ávila


EL EVANGELIO, SEGÚN SANTA TERESA. X.

Nos resulta muy triste constatar el alimento de que nutren su inteligencia tantos jóvenes y adultos, en nuestro tiempo. ¿Qué leen? ¿ Qué ven en las pantallas o por internet? Si el alimento no es sano, o está lleno de ponzoña, o es nocivo para la salud mental y psíquico, el resultado son personas sin carácter, sin ideales nobles, sin capacidad de sacrificio, sin nobleza, sin esfuerzo, envilecidos.

Los escritos de santa Teresa ofrecen un alimento fuerte, que ha interesado a lo largo de más de cuatro siglos a gente de toda clase y condición, de diversas ideologías y religiones, porque en ellos han descubierto la verdad.

Este es el menú que ofrezco hoy a los comensales que acuden a este BLOG teresiano.


La santa pobreza es un bien que todos los bienes del mundo encierra en sí: es un señorío grande: es señorear todos los bienes de él, a quien no se le da nada de ellos.

No hay cosa que mejor haga rendir a Dios como la humildad.

Es hermoso trueque dar nuestro amor por el de Dios.

El verdadero amor de Dios, si es auténtico, y ya libre de las cosas de la tierra del todo, y que vuela sobre ellas, es señor de todos los elementos del mundo.

Dios permite días de grandes tempestades en sus siervos, para más bien suyo.

Dios no deja ningún servicio sin paga.

Tu deseo sea el de ver a Dios: tu temor, si le has de perder; tu dolor, que no le gozas; y tu gozo, en lo que te puede llevar allá, y vivirás con gran paz.

AMEN

miércoles, 3 de marzo de 2010

EL EVANGELIO, SEGÚN SANTA TERESA.

Angel músico tocando el arpa-
Juan de Arfe.1571- En custodia del Corpus.Ávila

EVANGELIO, SEGÚN SANTA TERESA.IX

No hay palabras para ponderar, con el mayor encarecimiento la pureza y el vigor que contagian sus escritos. Nos acogemos al testimonio infalible de la Iglesia, columna y sostén de la verdad, cuando pide a Dios que todos sus hijos nos alimentemos de la celestial doctrina de Santa Teresa. Por la garantía que nos da su doctrina, el papa Pablo VI la proclamó solemnemente Doctora Universal de la Iglesia en 1970, y que ha resultado ser la primera mujer , de todos los tiempos, que mereció tal distinción.

Con esa intenciones, les ofrecemos hoy estos fragmentos de sus escritos-

¡Oh bienaventuradas almas celestiales! Ayudad a nuestra miseria y sednos intercesores ante la divina misericordia para que nos dé algo de vuestro gozo y reparta con nosotros de ese claro conocimiento que tenéis.

Dadnos, Dios mio, Vos a entender qué es lo que se da a los que pelean varonilmente en este sueño de esta vida.

Nunca da Dios trabajo, que no lo pague luego con algún regalo.

Gran cosa hace un buen entendimiento para todo.

¡Cuánto más ánimo tienen para grandes cosas los siervos de Dios, que los de grandes linajes!

Mirad que no nos entendemos, ni sabemos lo que deseamos, ni atinamos lo que pedimos.

Comparemos lo que para siempre el Señor nos tiene guardado, con todos los gozos y promesas falsas y traidoras del demonio. ¿Qué ha de hacer con nosotros quien fue tan traidor contra Dios?

No hay edificio de tanta hermosura, como un alma limpia y llena de virtudes: y mientras mayores, más resplandecen las piedras. En este palacio está este gran Rey, que ha tenido por bien ser nuestro huésped.
AMEN

lunes, 1 de marzo de 2010

EL EVANGELIO, SEGÚN SANTA TERESA

La Transfiguración del Señor.
Imagen en plata. A nuestra derecha San Pedro.
A la izquierda el Profeta. Juan de Arfe.1571.

EVANGELIO, SEGÚN SANTA TERESA.VIII

Santa Teresa valoraba a Cristo como el bien más precioso que los hombres y mujeres tienen derecho a conocer y amar. Por eso leía con frecuencia las Sagradas Escrituras, y buscaba libros en los que fundamentar la belleza de la verdad sobre Dios, y escuchar a predicadores coherentes con lo que anunciaban

Por eso, la doctrina de Santa Teresa, inspirada en la Biblia, ha enriquecido su vida y la de cuantos la leen con devoción. Seguimos entresacando algunos fragmentos de sus obras, para alimento de nuestra fe.

¡Oh esperanza mía! Cuando considero en como decís, que son vuestros deleites estar con los hijos de los hombres..¡Qué palabras estas para no desconfiar ningún pecador!

El ciego de nacimiento deseaba ver la luz, y no podía. Ahora, Señor, en el mundo no se quiere ver. ¡Oh qué mal tan incurable! Aquí se ha de mostrar vuestro poder y vuestra misericordia.

¿Cómo siguen los hombres al que es tan pobre, como el demonio, que lo echaron de las riquezas celestiales? ¿Qué puede dar el que no tiene nada para sí, sino mucha desventura?

¿Qué ha de hacer por nosotros quien fue tan traidor contra Dios?
Espera, alma mía, que no sabes cuando vendrá el día ni la hora de tu fin: vela con cuidado, que todo se pasa con brevedad.

Más quiero vivir y morir en pretender y esperar la vida eterna, que poseer todas las criaturas, y todos los bienes, que se han de acabar.
Amigos del BLOG: comparen la imagen de ayer ,pintura sobre tabla, y ésta de hoy cincelada en plata. La misma imagen del Jesucristo, la misma belleza, dificilmente superable. Sólo las separan sesenta años. Ambas del siglo XVI-