martes, 15 de junio de 2010

PARECÍAME SENTIR LA PRESENCIA DE DIOS-HOMBRE

Transfiguración del Señor en el monte Tabor.
Allí se oye una voz:Este es mi Hijo, escuchadle.
Imágenes en plata, de la CUSTODIA DEL CORPUS DE ÁVILA.

En el contexto histórico del siglo XVI, algunos contemporaneos de santa Teresa sontenían que, para llegar a los más altos grados de espiritualidad, había que prescindir de las representaciones interiores de la humanidad de Jesucristo. Y ella llegó a dejarse influenciar por esa opinión. Pero pronto cayó en la cuenta de que era una traición a Jesucristo. Y cambió por completo. Defenderá que esos tales, aunque se llamen maestros en la religión cristiana, están equivocados. La humanidad no puede separarse de Cristo, pues a la vez, e inseparablemente, es hombre y es Dios.


Copiamos estos párrafos en los que expone sus experiencias:


Mas parecíame sentir la presencia de Dios, como es así, y procuraba estarme recogida con El. Y es oración sabrosa, si Dios allí ayuda, y el deleite mucho.


Y como se ve aquella ganancia y aquel gusto, ya no había quien me hiciese tornar a la Humanidad, sino que, en hecho de verdad, me parecía que era impedimento.


¡Oh Señor de mi alma y Bien mio, Jesucristo crucificado! No me acuerdo vez en la que seguí esta opinión, que no me dé pena, y me parece que hice una gran traición, aunque con ignorancia ( Vida 22,3).


Teresa de Jesús

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