sábado, 28 de septiembre de 2013











La fundación de Villanueva de la Jara (3).

Madre Teresa   salió con su equipo de Malagón  antes de la cuaresma, el 13 de febrero de 1580. Y, después de recorrer 50 leguas, llega a Villanueva  el 21 de febrero. Se detiene en la Roda y en otros pueblos del camino ,siendo  recibida con expectación. Los carmelitas descalzos habían dado a conocer la santidad y cualidades excepcionales de Teresa  de Jesús por la comarca, y sus devotos salían por el camino para conocer lo que era una santa y pedir su bendición y oraciones.Había estado enferma en Malagón, pero al emprender el viaje se le acabaron todos los males.

La esperaba un recibimiento apoteósico. La escuchamos:

“Llegamos el domingo primero de la cuaresma, que era víspera de la Cátedra de San Pedro, año de 1580, a Villanueva de la Jara. Este mismo día se puso el Santísimo Sacramento en la iglesia de la gloriosa Santa Ana, a la hora de misa mayor. Saliéronnos a recibir todo el ayuntamiento y otros algunos con el doctor Ervías, y fuímonos a apear a la iglesia del pueblo, que estaba bien lejos de la de Santa Ana. Era tanta la alegría de todo el pueblo, que me hizo harta consolación ver con el contento que recibían la Orden de la sacratísima Virgen Señora nuestra. Desde lejos oíamos el repicar de las campanas. Entradas en la iglesia, comenzaron el Te Deum, un verso la capilla de canto de órgano, y otro el órgano. Acabado, tenían puesto el Santísimo Sacramento en unas andas y a nuestra Señora en otras, con cruces y pendones. Iba la procesión con harta autoridad. Nosotras, con nuestras capas blancas y velos delante del rostro, íbamos en mitad, cabe el Santísimo Sacramento, y junto a nosotras nuestros frailes Descalzos, que fueron hartos del monasterio, y los franciscos (que hay monasterio en el lugar, de San Francisco) iban allí, y un fraile dominico, que se halló en el lugar, que aunque era solo me dio contento ver allí aquel hábito.

 Como era lejos, había muchos altares. Deteníanse algunas veces diciendo letras de nuestra Orden, que nos hacía harta devoción y ver que todos iban alabando al gran Dios que llevábamos presente, y que por El se hacía tanto caso de siete pobrecillas Descalzas que íbamos allí. Con todo esto que yo consideraba, me hacía harta confusión, acordándome iba yo entre ellas, y cómo, si se hubiera de hacer como yo merecía, fuera volverse todos contra mí”.

 

jueves, 26 de septiembre de 2013












La fundación de Villanueva de la Jara (2).

A simple vista podía parecer que Madre Teresa tenía hecho su convento en Villanueva, pues se le habían ofrecido nueve jóvenes, anacoretas,beatas que, por su cuenta se habían unido junto a la ermita de Santa Ana y hacían vida religiosa.

Pero en un primer momento la Madre lo rehusa de lleno por varias razones.La distancia de Villanueva a otras fundaciones; los poquísimos recursos con que contaban, ya que los que lo ofrecían no eran seguros, la dificultad de amoldarse a la regla de las descalzas unas

Mujeres que estaban hechas a su modo de  vivir, el no tener casa propia y el no conocerlas personalmente.La escuchamos:

“A mí me pareció cosa que en ninguna manera convenía admitirla por estas razones: la primera, por ser tantas, y parecíame cosa muy dificultosa, mostradas a su manera de vivir, acomodarse a la nuestra. La segunda, porque no tenía casi nada para poderse sustentar, y el lugar no es poco más de mil vecinos, que para vivir de limosna es poca ayuda; aunque el ayuntamiento se ofrecía a sustentarlas, no me parecía cosa durable. La tercera, que no tenían casa. La cuarta, lejos de estotros monasterios. Quinta (15), y que aunque me decían eran muy buenas, como no las había visto no podía entender si tenían los talentos que pretendemos en estos monasterios; y así me determiné a despedirlo del todo”.

Pero pesaba sobre su conciencia que aquellas nueve mujeres que vivían con tanto recogimiento y santidad, y que convidaba a todo el pueblo a procurar cumplir sus deseos, que eran ser monjas y le pedía Dios cuenta de ello. Y recurrió a su método tradicional de consultar a su confesor y a Dios. Así lo escribe a continuación:

“ Para esto quise primero hablar a mi confesor, que era el Doctor Velázquez, canónigo y catedrático de Toledo, hombre muy letrado y virtuoso, que ahora es obispo de Osma; porque siempre tengo de costumbre no hacer cosa por mi parecer, sino de personas semejantes. Como vio las cartas y entendió el negocio, díjome que no lo despidiese, sino que respondiese bien; porque cuando tantos corazones juntaba Dios en una casa, que se entendía se había de servir de ella. Yo lo hice así, que ni lo admití del todo ni lo despedí. En importunar por ello y procurar personas por quien yo lo hiciese, se pasó hasta este año de 80, con parecerme siempre que era desatino admitirlo. Cuando respondía, nunca podía responder del todo mal.”

“ Acertó a venir a cumplir su destierro  el padre fray Antonio de Jesús al monasterio de nuestra Señora del Socorro, que está tres leguas de este lugar de Villanueva, y viniendo a predicar a él y el prior de este monasterio, que al presente es el padre fray Gabriel de la Asunción , persona muy avisada y siervo de Dios, venía también mucho al mismo lugar, que eran amigos del doctor Ervías, y comenzaron a tratar con estas santas hermanas. Y aficionados de su virtud y persuadidos del pueblo y del doctor, tomaron este negocio por propio y comenzaron a persuadirme con mucha fuerza con cartas. Y estando yo en San José de Malagón, que es 26 leguas y más de Villanueva, fue el mismo Padre Prior a hablarme sobre ello, dándome cuenta de lo que se podía hacer y cómo después de hecho daría el doctor Ervías trescientos ducados de renta, sobre la que él tiene de su beneficio; que se procurase de Roma”.

Al fin decide admitir a las  nueve, segura de que las cuatro monjas descalzas que había llevado consigo, las iniciarían en la vida carmelitana y el estilo de hermandad.M. Teresa viene de Malagón enferma . Pero la acogida triunfal que recibió al entrar en Villanueva el21 de febrero,la pone nueva.El siguiente día 25 de febrero reciben el hábito las nueve postulantes.

miércoles, 25 de septiembre de 2013











DOMINGO 26 C DEL TIEMPO ORDINARIO. DIA 29 SEPT.

      

       Según Lucas, cuando Jesús gritó “no podéis servir a Dios y al dinero”, algunos fariseos que le estaban oyendo y eran amigos del dinero “se reían de él”. Jesús no se echa atrás. Al poco tiempo, narra una parábola desgarradora para que los que viven esclavos de la riqueza abran los ojos.

         Jesús describe en pocas palabras una situación sangrante. Un hombre rico y un mendigo pobre que viven próximos el uno del otro, están separados por el abismo que hay entre la vida de opulencia insultante del rico y la miseria extrema del pobre.    

         El relato describe a los dos personajes destacando fuertemente el contraste entre ambos. El rico va vestido de púrpura y de lino finísimo, el cuerpo del pobre está cubierto de llagas. El rico banquetea espléndidamente no solo los días de fiesta sino a diario, el pobre está tirado en su portal, sin poder llevarse a la boca lo que cae de la mesa del rico. Sólo se acercan a lamer sus llagas los perros que vienen a buscar algo en la basura.

         No se habla en ningún momento de que el rico ha explotado al pobre o que lo ha maltratado o despreciado. Se diría que no ha hecho nada malo. Sin embargo, su vida entera es inhumana, pues solo vive para su propio bienestar. Su corazón es de piedra. Ignora totalmente al pobre. Lo tiene delante pero no lo ve. Está ahí mismo, enfermo, hambriento y abandonado, pero no es capaz de cruzar la puerta para hacerse cargo de él.

         No nos engañemos. Jesús no está denunciando solo la situación de la Galilea de los años treinta. Está tratando de sacudir la conciencia de quienes nos hemos acostumbrado a vivir en la abundancia teniendo junto a nuestro portal, a unas horas de vuelo, a pueblos enteros viviendo y muriendo en la miseria más absoluta.

         Es inhumano encerrarnos en nuestra “sociedad del bienestar” ignorando totalmente esa otra “sociedad del malestar”. Es cruel seguir alimentando esa “secreta ilusión de inocencia” que nos permite vivir con la conciencia tranquila pensando que la culpa es de todos y es de nadie.

         Nuestra primera tarea es romper la indiferencia. Resistirnos a seguir disfrutando de un bienestar vacío de compasión. No continuar aislándonos mentalmente para desplazar la miseria y el hambre que hay en el mundo hacia una lejanía abstracta, para poder así vivir sin oír ningún clamor, gemido o llanto.

martes, 24 de septiembre de 2013


 
 
 

La fundación de Villanueva de la Jara (1).

Era Villanueva de la Jara un pueblo edificado en un altozano suave y constaba de 800 vecinos.Está en la provincia de Cuenca. Tiene una vega frontera con un arroyo de agua. A la parte del poniente hay un pequeño bosque de pinar, y huertas con árboles frutales. Hay muchos pozos de agua dulce y salobre de que se abastece los habitantes. Se recoge trigo y cebada. Hay iglesia parroquial y varias ermitas, y un monasterio de frailes franciscanos,

 En este lugar M. Teresa hizo una fundación de Carmelias Descalzas.Despues de la fundación de  Sevilla, cesan durante  cuatro alos las fundaciones,La causa  fue  que comenzaron grandes persecuciones muy de golpe a descalzos y descalzas, que aunque ya había habido hartas, no en tanto extremo, que estuvo a punto de acabarse todo. Mostróse bien lo que sentía el demonio este santo principio que nuestro Señor había comenzado y ser obra suya, pues fue adelante. Padecieron mucho los Descalzos, en especial las cabezas, de graves testimonios y contradicción de casi todos los Padres calzados ´

Estando yo en Toledo,´escribe la Fundadora,- que venía de la fundación de Sevilla, año de 1576, me llevó cartas de un clérigo de Villanueva de la Jara del ayuntamiento de este lugar, que iba a negociar conmigo admitiese para monasterio nueve mujeres que se habían entrado juntas en una ermita de la gloriosa Santa Ana que había en aquel pueblo, con una casa pequeña cabe ella, algunos años había, y vivían con tanto recogimiento y santidad, que convidaba a todo el pueblo a procurar cumplir sus deseos, que eran ser monjas. Escribióme también un doctor, cura que es de este lugar, llamado Agustín de Ervías, hombre docto y de mucha virtud .. Esta le hacía ayudar cuanto podía a esta santa obra.

 

 

viernes, 20 de septiembre de 2013












Fundación de la villa de Caravaca. Púsose el Santísimo Sacramento, día de año nuevo del mismo año de 1576. Es la vocación del glorioso San José (4)

 

La inauguración tuvo que retrasarse porque el P, Gracián la mandó que se fuera a Sevilla,Escuchamo a la Madre Fundadora:
 

     Pues como se hubo de tornar por la licencia, partíme yo para Sevilla, por mandado del Padre Provincial, que era entonces y es ahora, el maestro fray Jerónimo Gracián de la Madre de Dios como queda dicho  y estuviéronse las pobres doncellas encerradas hasta el día de año nuevo adelante; y cuando ellas enviaron a Avila era por febrero. La licencia luego se trajo con brevedad. Mas como yo estaba tan lejos y con tantos trabajos, no podía remediarlas, y habíales harta lástima, porque me escribían muchas veces con mucha pena, y así ya no se sufría detenerlas más.

 Como ir yo era imposible, así por estar tan lejos, como por no estar acabada aquella fundación , acordó el padre maestro fray Jerónimo Gracián, que era Visitador Apostólico como está dicho, que fuesen las monjas que allí habían de fundar, aunque no fuese yo, que se habían quedado en San José de Malagón. Procuré que fuese priora de quien yo confiaba lo haría muy bien, porque es harto mejor que yo . Y llevando todo recaudo, se partieron con dos padres Descalzos de los nuestros, que ya el padre Julián de Avila y Antonio Gaytán había días que se habían tornado a sus tierras; y por ser tan lejos no quise viniesen, y tan mal tiempo, que era en fin de diciembre.

 Llegadas allá, fueron recibidas con gran contento del pueblo, en especial de las que estaban encerradas. Fundaron el monasterio, poniendo el Santísimo Sacramento día del Nombre de Jesús, año de 1576 . Luego tomaron las dos hábito. La otra tenía mucho humor de melancolía, y debíale de hacer mal estar encerrada, cuánto más tanta estrechura y penitencia. Acordó de tornarse a su casa con una hermana suya.

 Mirad, mis hijas, los juicios de Dios y la obligación que tenemos de servirle las que nos ha dejado perseverar hasta hacer profesión y quedar para siempre en la casa de Dios y por hijas de la Virgen, que se aprovechó Su Majestad de la voluntad de esta doncella y de su hacienda para hacer este monasterio, y al tiempo que había de gozar de lo que tanto había deseado, faltóle la fortaleza y sujetóla el humor, a quien muchas veces, hijas, echamos la culpa de nuestras imperfecciones y mudanzas.

 

 

 

 

miércoles, 18 de septiembre de 2013












DOMINGO C 25.-DIA 22 SEPTIEMBRE

      

         “No podéis servir a Dios y al Dinero”. Estas palabras de Jesús no pueden ser olvidadas en estos momentos por quienes nos sentimos sus seguidores, pues encierran la advertencia más grave que ha dejado Jesús a la Humanidad. El Dinero, convertido en ídolo absoluto, es el gran enemigo para construir ese mundo más justo y fraterno, querido por Dios.

         Desgraciadamente, la Riqueza se ha convertido en nuestro mundo globalizado en un ídolo de inmenso poder que, para subsistir, exige cada vez más víctimas y deshumaniza y empobrece cada vez más la historia humana. En estos momentos nos encontramos atrapados por una crisis generada en gran parte por el ansia de acumular.

         Prácticamente, todo se organiza, se mueve y dinamiza desde esa lógica: buscar más productividad, más consumo, más bienestar, más energía, más poder sobre los demás... Esta lógica es imperialista. Si no la detenemos, puede poner en peligro al ser humano y al mismo Planeta.

         Tal vez, lo primero es tomar conciencia de lo que está pasando. Esta no es solo una crisis económica. Es una crisis social y humana. En estos momentos tenemos ya datos suficientes en nuestro entorno y en el horizonte del mundo para percibir el drama humano en el que vivimos inmersos.

         Cada vez es más patente ver que un sistema que conduce a una minoría de ricos a acumular cada vez más poder, abandonando en el hambre y la miseria a millones de seres humanos, es una insensatez insoportable. Inútil mirar a otra parte.

         Ya ni las sociedades más progresistas son capaces de asegurar un trabajo digno a millones de ciudadanos. ¿Qué progreso es este que, lanzándonos a todos hacia el bienestar, deja a tantas familias sin recursos para vivir con dignidad?

         La crisis está arruinando el sistema democrático. Presionados por las exigencias del Dinero, los gobernantes no pueden atender a las verdaderas necesidades de sus pueblos. ¿Qué es la política si ya no está al servicio del bien común?

         La disminución de los gastos sociales en los diversos campos y la privatización interesada e indigna de servicios públicos como la sanidad seguirán golpeando a los más indefensos generando cada vez más exclusión, desigualdad vergonzosa y fractura social.

         Los seguidores de Jesús no podemos vivir encerrados en una religión aislada de este drama humano. Las comunidades cristianas pueden ser en estos momentos un espacio de concienciación, discernimiento y compromiso. Nos hemos de ayudar a vivir con lucidez y responsabilidad. La crisis nos puede hacer más humanos y más cristianos.

        

lunes, 16 de septiembre de 2013

viernes, 13 de septiembre de 2013


 
 
 
 
 
 
 

Fundación de la villa de Caravaca. Púsose el Santísimo Sacramento, día de año nuevo del mismo año de 1576. Es la vocación del glorioso San José (2).

 Seguimos  con la narración que la Fundadora dejó escrito en el capítulo 27 de su libro sobre las Fundaciones:

. Yo, como vi el deseo y hervor de aquellas almas, y que de tan lejos iban a buscar la Orden de nuestra Señora, hízome devoción y púsome deseo de ayudar a su buen intento. Informada que era cerca de Beas, llevé más compañía de monjas de la que llevaba porque, según las cartas, me pareció no se dejaría de concertar, con intento de, en acabando la fundación de Beas, ir allá.

Mas como el Señor tenía determinado otra cosa, aprovecharon poco mis trazas, como queda dicho en la fundación de Sevilla; que trajeron la licencia del Consejo de las Ordenes de manera que, aunque ya estaba determinada a ir, se dejó .
 Verdad es que, como yo me informé en Beas de adónde era y vi ser tan a trasmano y de allí allá tan mal camino, que habían de pasar trabajo los que fuesen a visitar las monjas, y que a los prelados se les haría de mal, tenía bien poca gana de ir a fundarle. Mas porque había dado buenas esperanzas, pedí al padre Julián de Avila y a Antonio Gaytán fuesen allá para ver qué cosa era, y si les pareciesen, lo deshiciesen. Hallaron el negocio muy tibio, no de parte de las que habían de ser monjas, sino de la doña Catalina, que era el todo del negocio, y las tenía en un cuarto por sí, ya como cosa de recogimiento.

El P. Julián informó que la disposición que hallamos es la mayor que se ha visto en ninguna de las fundaciones.

Las monjas estaban tan firmes, en especial las dos, digo las que lo habian de ser, que supieron tan bien granjear al padre Julián de Avila y Antonio Gaytán, que antes que se vinieron dejaron hechas las escrituras , y se vinieron dejándolas muy contentas; y ellos lo vinieron tanto de ellas y de la tierra, que no acababan de decirlo, también como del mal camino. Yo, como lo vi ya concertado y que la licencia tardaba, torné a enviar allá al buen Antonio Gaytán, que por amor de mí todo el trabajo pasaba de buena gana, y ellos tenían afición a que la fundación se hiciese. Porque, a la verdad, se les puede a ellos agradecer esta fundación, porque si no fueran allá y lo concertaran, yo pusiera poco en ella.


Madre Teresa había delegado en sus amigos y colaboradores Julián de Ávila y Antonio Gaytan, y le facilitaron tanto esta Fundación que la dejaron prácticamente terminada. Antes de marcharse, Incluso dejaron firmadas unas escrituras el 18 de marzo de 1575 sobre asuntos económicos.

miércoles, 11 de septiembre de 2013










DOMINGO 24  C. DIA 15 SEP.

        

         El gesto más provocativo de Jesús fue, sin duda, su forma de acoger con simpatía especial a pecadoras y pecadores, excluidos por los dirigentes religiosos y marcados socialmente por su conducta al margen de la Ley. Lo que más irritaba era su costumbre de comer amistosamente con ellos.

         De ordinario, olvidamos que Jesús creó una situación sorprendente en la sociedad de su tiempo. Los pecadores no huyen de él. Al contrario, se sienten atraídos por su persona y su mensaje. Lucas nos dice que “los pecadores y publicanos solían acercarse a Jesús para escucharle”. Al parecer, encuentran en él una acogida y comprensión que no encuentran en ninguna otra parte.

         Mientras tanto, los sectores fariseos y los doctores de la Ley, los hombres de mayor prestigio moral y religioso ante el pueblo, solo saben criticar escandalizados el comportamiento de Jesús: “Ese acoge a los pecadores y come con ellos”. ¿Cómo puede un hombre de Dios comer en la misma mesa con aquella gente pecadora e indeseable?

         Jesús nunca hizo caso de sus críticas. Sabía que Dios no es el Juez severo y riguroso del que hablaban con tanta seguridad aquellos maestros que ocupaban los primeros asientos en las sinagogas. El conoce bien el corazón del Padre. Dios entiende a los pecadores; ofrece su perdón a todos; no excluye a nadie; lo perdona todo. Nadie ha de oscurecer y desfigurar su perdón insondable y gratuito.

         Por eso, Jesús les ofrece su comprensión y su amistad. Aquellas prostitutas y recaudadores han de sentirse acogidos por Dios. Es lo primero. Nada tienen que temer. Pueden sentarse a su mesa, pueden beber vino y cantar cánticos junto a Jesús. Su acogida los va curando por dentro. Los libera de la vergüenza y la humillación. Les devuelve la alegría de vivir.

         Jesús los acoge tal como son, sin exigirles previamente nada. Les va contagiando su paz y su confianza en Dios, sin estar seguro de que responderán cambiando de conducta. Lo hace confiando totalmente en la misericordia de Dios que ya los está esperando con los brazos abiertos, como un padre bueno que corre al encuentro de su hijo perdido.

         La primera tarea de una Iglesia fiel a Jesús no es condenar a los pecadores sino comprenderlos y acogerlos amistosamente. Esa es la actitud del Papa. Siempre que el Papa Francisco insiste en que Dios perdona siempre, perdona todo, perdona a todos..., la gente aplaude con entusiasmo. Seguramente es lo que mucha gente de fe pequeña y vacilante necesita escuchar hoy con claridad de la Iglesia.

        

        

lunes, 9 de septiembre de 2013







 

Fundación de la villa de Caravaca. Púsose el Santísimo Sacramento, día de año nuevo del mismo año de 1576. Es la vocación del glorioso San José (1).

 

En Caravaca se fundó un convento de carmelitas descalzas por mandato de Teresa de Jesús, pero es la única en la que no estuvo presente la Fundadora. Resultó, que unas doncellas del lugar se comprometieron a vivir en casa de la viuda Doña Catalina y con ésta fundar un monasterio. Fue un Padre jesuita quien les propuso que lo hicieran según los que había fundado Teresa de Jesús.
Pero la Santa no lo decide a ciegas. En marzo de 1575 Madre Teresa envía a Caravaca dos comisionados, Julián de Ávila y Antonio Gaitán, que se informan de doña Catalina de Otalora, Viuda del licenciado  Muñoz del Consejo de Indias, que era la autora de la propuesta enviada a la Priora de San José de Ávila. Regresan con una información muy positiva y favorable a la Fundación. La escuchamos a Madre Teresa:

 Estando en San José de Avila para partirme a la fundación que queda dicha de Beas, que no faltaba sino aderezar en lo que habíamos de ir, llega un mensajero propio, que le enviaba una señora de allí, llamada doña Catalina, porque se habían ido a su casa desde un sermón que oyeron a un padre de la Compañía de Jesús tres doncellas con determinación de no salir hasta que se fundase un monasterio en el mismo lugar . Debía ser cosa que tenían tratada con esta señora, que es la que les ayudó para la fundación. Eran de los más principales caballeros de aquella villa. La una tenía padre, llamado Rodrigo de Moya, muy gran siervo de Dios y de mucha prudencia . Entre todas tenían bien para pretender semejante obra. Tenían noticia de ésta que ha hecho nuestro Señor en fundar estos monasterios, que se la habían dado de la Compañía de Jesús, que siempre han favorecido y ayudado a ella.”

Nuestra Santa necesitaba este contrapunto, que le aliviase la situación tan difícil, que se le avecinaba. Tenía sus enemigos que la pedían que desapareciera. En Piacensa (Italia) el Capítulo General de la Orden (1575) se declaraba adverso a la obra teresiana. Le llega a Sevilla una sentencia de reclusión en un convento.
       Con la casa,y las cuatro candidatas  de Caravaca va a recrearse en un terreno fértil de pan, vino, aceite, miel, frutas, ganados, caza, seda y cáñamo. El P. Julián informó que la disposición que hallamos  es la major que se ha visto en ninguna de las fundaciones”.

 

jueves, 5 de septiembre de 2013












La fundación del monasterio del Glorioso San José del Carmen en la ciudad de Sevilla, en el año de 1576 (4).

 

El 3 de junio de 1576 se inaugura el nuevo monasterio bajo la advocación de San José de Sevilla. Hubo la Misa, procesión y los regocijos habituales para  estos casos en aquella época. El Sr- Arzobispo colocó el Santísimo y luego, públicamente y a instancia de la Santa, le otorgó a ésta una amplia bendición.
       Lo sorprendenre fue que el Sr. Arzobispo se puso de rodillas delante de      Santa Teresa, y le pidió que la Madre Fundadora le impartiese su bendición, como así lo hizo.

También el Sr. Arzobispo accedió al deseo reiterado de la Madre  de que fundara sin renta.
Una vez que colocó a sus hijas, carmelitas descalzas, en la casa comprada, se despidió de ellas el 4 de junio de 1576. Diez años más tarde, merced a la generosidad de don Pedro Cerezo Pardo, pudieron inslarse las religiosas en el definitivo monasterio.La hija única de este bienhechor entró en el convento en 1618, y llevó al convento el libro original del Castillo Interior o de Las Moradas, que su padre había recibido de Gracián.

 

 

martes, 3 de septiembre de 2013







DOMINGO 23 C.Dia 8 de septiembre

Jesús va camino de Jerusalén. El evangelista nos dice que le “acompañaba mucha gente”. Sin embargo, Jesús no se hace ilusiones. No se deja engañar por entusiasmos fáciles de las gentes. A algunos les preocupa hoy cómo va descendiendo el número de los cristianos. A Jesús le interesaba más la calidad de sus seguidores que su número.

         De pronto “se vuelve” y comienza a hablar a aquella muchedumbre de las exigencias concretas que encierra el acompañarlo de manera lúcida y responsable. No quiere que la gente lo siga de cualquier manera. Ser discípulo de Jesús es una decisión que ha de marcar la vida entera de la persona.

         Jesús les habla, en primer lugar de la familia. Aquellas gentes tienen su propia familia: padres y madres, mujer e hijos, hermanos y hermanas. Son sus seres más queridos y entrañables. Pero, si no dejan a un lado los intereses familiares para colaborar con él en promover una familia humana, no basada en lazos de sangre sino construida desde la justicia y la solidaridad fraterna, no podrán ser sus discípulos.

         Jesús no está pensando en deshacer los hogares eliminando el cariño y la convivencia familiar. Pero, si alguien pone por encima de todo el honor de su familia, el patrimonio, la herencia o el bienestar familiar, no podrá ser su discípulo ni trabajar con él en el proyecto de un mundo más humano.

         Más aún. Si alguien solo piensa en sí mismo y en sus cosas, si vive solo para disfrutar de su bienestar, si se preocupa únicamente de sus intereses, que no se engañe, no puede ser discípulo de Jesús. Le falta libertad interior, coherencia y responsabilidad para tomarlo en serio.

         Jesús sigue hablando con crudeza: “Quien no lleve su cruz detrás de mí, no puede ser mi discípulo”. Si uno vive evitando problemas y conflictos, si no sabe asumir riesgos y penalidades, si no está dispuesto a soportar sufrimientos por el reino de Dios y su justicia, no puede ser discípulo de Jesús.

         No se puede ser cristiano de cualquier manera. No hemos de confundir la vida cristiana con formas de vivir que desfiguran y vacían de contenido el seguimiento humilde, pero responsable a Jesús.

         Sorprende la libertad del Papa Francisco para denunciar estilos de cristianos que poco tienen que ver con los discípulos de Jesús: “cristianos de buenos modales, pero malas costumbres”, “creyentes de museo”, “hipócritas de la casuística”, “cristianos incapaces de vivir contra corriente”, cristianos “corruptos” que solo piensan en sí mismos, “cristianos educados” que no anuncian el evangelio...

        

domingo, 1 de septiembre de 2013



La fundación del monasterio del Glorioso San José del Carmen en la ciudad de Sevilla, en el año de 1575 (3).

 

“Por prisa que nos dimos –resume la Santa- llegamos a Sevilla el jueves antes de la Santísima Trinidad, habiendo pasado grandísimo calor en el camino, aunque no se caminaba las siestas, yo os digo, hermanas, que como había dado todo el sol en los carros, que era entrar en ellos como en un Purgatorio. Unas veces con pensar en el infierno, otras pareciendo se hacía algo…por Dios, iban aquellas hermanas con gran contento y alegría”.

Sevilla era, por aquel tiempo, la ciudad más populosa de España. Con sus 30.000 vecinos, su incontable población flotante, y por ser puerto obligado para las Indias. Sevilla es meta y meca de notables mercaderes, soldados, clérigos y misioneros. En esta Sevilla entran los cuatro carros de la Madre Teresa por la Puerta Real, la mañana del jueves, 26 de mayo, de 1575.

“ Nadie pudiera juzgar – dice la Santa- que en una ciudad tan caudalosa como Sevilla y de gente tan rica había de haber menos aparejo de fundar que en todas las partes que había estado. Húbole tan menos, que pensé algunas veces que no nos estaba bien tener monasterio en aquel lugar. No sé si el mismo clima de la tierra, que he oído siempre decir los demonios tienen más mano allí para tentar, que se la debe dar Dios, y en esto me apretaron a mí, que nunca me vi más pusilánime y cobarde en mi vida que allí me hallé. Yo, cierto, a mí misma no me conocía. Bien que la confianza que suelo tener en nuestro Señor no se me quitaba; mas el natural estaba tan diferente del que yo suelo tener después que ando en estas cosas, que entendía apartaba en parte el Señor su mano para que él se quedase en su ser y viese yo que, si había tenido ánimo, no era mío”.

“ Pues habiendo estado allí desde este tiempo que digo  hasta poco antes de cuaresma, que ni había memoria de comprar casa ni con qué, ni tampoco quien nos fiase como en otras partes”.

Alquilan una casa en la calle de Armas, que les parece muy pequeña y húmeda. El Arzobispo que estaba deseando ver a  M. Teresa de Jesús, no era partidario de que fundase sin renta.

Cuando todo les era contrario, la Madre vió el cielo abierto. Llego a Sevilla su hermano, que llevaba más de treinta años en las Indias.La escuchamos:

“ Fue Dios servido que viniese entonces de las Indias un hermano mío que había más de treinta y cuatro años que estaba allá, llamado Lorenzo de Cepeda , que aun tomaba peor que yo en que las monjas quedasen sin casa propia. El nos ayudó mucho, en especial en procurar que se tomase en la que ahora están. Ya yo entonces ponía mucho con nuestro Señor, suplicándole que no me fuese sin dejarlas casa y hacía a las hermanas se lo pidiesen y al glorioso San José, y hacíamos muchas procesiones y oración a nuestra Señora. Y con esto, y con ver a mi hermano determinado a ayudarnos, comencé a tratar de comprar algunas casas. Ya que parecía se iba a concertar, todo se deshacía”.Hasta que por fin la encontraron a su gusto.

El problema de la Misa diaria se la solución un clérigo, que se ofreció generosamente.El mismo que entre y él y D. Lorenzo encontraron por fin una casa en propiedad para convento Así lo refiere la Fundadora: “ Mucha parte fue un siervo de Dios, que casi desde luego que fuimos allí, como supo que no teníamos misa, cada día nos la iba a decir, con tener harto lejos su casa y hacer grandísimos soles. Llámase Garciálvarez, persona muy de bien y tenida en la ciudad por sus buenas obras, que siempre no entiende en otra cosa; y a tener él mucho, no nos faltara nada. El, como sabía bien la casa, parecíale gran desatino dar tanto por ella, y así cada día nos lo decía, y procuró no se hablase en ella más; y fueron él y mi hermano a ver en la que ahora están. Vinieron tan aficionados, y con razón, y nuestro Señor que lo quería, que en dos o tres días se hicieron las escrituras y nos pasásemos a ella”