miércoles, 28 de agosto de 2013












La fundación del monasterio del Glorioso San José del Carmen en la ciudad de Sevilla, en el año de 1575 (2).

 Partieron  el 18 de mayo de 1575, miércoles al mediodía. La primera jornada  sólo fue de cinco leguas, hasta Santisteban del puerto, por un paisaje delicioso de montes y valles bermejos. Sestearon en una  hermosa floresta, de donde a duras penas pudieron sacar a la Madre,embebida, porque con la diversidad de flores y canto de mil pajaritos toda se desacía en alabanzas de Dios.En la ermita de San Andres colindante con el camino, decidió la Madre pasar en ella la noche

Hubieron de madrugar mucho,al día siguiente, para gozar del fresco del amanecer, Recorrieron siete leguas hasta llegar a Linares. Al medio día llegaron a una venta que dejaría pésimos recuerdos, por encontrar allí unos hombres, “los más perversos que yo he visto en mi vida”, dice Julian de Ávila.Y añade: “En esta venta se padeció bastante sed, porque el calor era muy excesivo, y cada jarrito de agua muy pequeño costaba dos maravedís, y había menester cada monja muchos jarritos, de suerte que era muy más barato el vino que el agua”.

El viaje desde Beas a Sevilla fue durísimo y muy largo.Salen de Beas el 18 de mayo de 1575 y llegan a Sevilla el día 28. Es evidente que M. Teresa tenía puesta en Dios tal confianza en que llegaría a Sevilla, que no se puede dudar de que Dios iba con ella. Les ocurrió de todo.Un día la Madre se puso enferma con una fiebre alta, y ,a falta de agua fresca,le aplicaron como remedio unos paños de agua caliente, la única que había.

Un día antes de Pascua de Espíritu Santo,- escribe la Santa-, les dio Dios un trabajo harto grande, que fue darme a mí una muy recia calentura…,que jamás de tal manera en mi vida me ha dado calentura, que no pase muy más adelante. Fue de tal suerte, que parecía tenía modorra, según iba enajenada. Ellas a echarme agua en el rostro, tan caliente del sol,  que daba poco refrigerio.

La posada que encontraron  era muy mala para personas con buena salud, cuanto más para una enferma. “Fue darnos una camarilla a teja vana, ella no tenía ventana y, si se abría la puerta toda se enchía de sol. Hicieronme echar en una cama, que yo tuviera por mejor echarme en el suelo, porque era de unas partes más alta y de otras tan baja, que no sabía como poder estar, porque parecía de piedras agudas.

El percance de los carros también fue peligrosísimo. Metieron los carros en una barcaza, para atravesar el Guadalquivir, y al desengancharse la maroma que retenía y dirigía la barcaza, está se fue a la deriva, hasta que atracó en la arena.Se les hizo de noche y no sabían por dónde tirar, y gracias a un hortelano que los vió perdidos, pudieron encontrar el camino.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

martes, 27 de agosto de 2013


 
 
 
 
 
 

         DOMINGO 22 C. DIA 1 DE SEPTIEMBRE

         La sociedad moderna va imponiendo cada vez con más fuerza un estilo de vida marcado por el pragmatismo de lo inmediato. Apenas interesan las grandes cuestiones de la existencia. Ya no tenemos certezas firmes ni convicciones profundas. Poco a poco, nos vamos convirtiendo en seres triviales, cargados de tópicos, sin consistencia interior ni ideales que alienten nuestro vivir diario, más allá del bienestar y la seguridad del momento.

         Es muy significativo observar la actitud generalizada de no pocos cristianos ante la cuestión de la “salvación eterna” que tanto preocupaba solo hace pocos años: bastantes la han borrado sin más de su conciencia; algunos, no se sabe bien por qué, se sienten con derecho a un “final feliz”.

         Según el relato del evangelio de san Lucas, un desconocido hace a Jesús una pregunta frecuente en aquella sociedad religiosa: “¿Serán pocos los que se salven?” Jesús no responde directamente a su pregunta. No le interesa especular sobre ese tipo de cuestiones estériles, tan queridas por algunos maestros de la época. Va directamente a lo esencial y decisivo: ¿cómo hemos de actuar para no quedar excluidos de la salvación que Dios ofrece a todos?

         “Esforzaos en entrar por la puerta estrecha”. Estas son sus primeras palabras. Dios nos abre a todos la puerta de la vida eterna, pero hemos de esforzarnos y trabajar para entrar por ella. Esta es la actitud sana. Confianza en Dios, sí; frivolidad, despreocupación y falsas seguridades, no.

         Jesús insiste, sobre todo, en no engañarnos con falsas seguridades. No basta pertenecer al pueblo de Israel; no es suficiente haber conocido personalmente a Jesús por los caminos de Galilea. Lo decisivo es entrar desde ahora en el reino Dios y su justicia. De hecho, los que quedan fuera del banquete final son, literalmente, “los que practican la injusticia”.

         Jesús invita a la confianza y la responsabilidad. En el banquete final del reino de Dios no se sentarán solo los patriarcas y profetas de Israel. Estarán también paganos venidos de todos los rincones del mundo. Estar dentro o estar fuera depende de cómo responde cada uno a la salvación que Dios ofrece a todos.

         Jesús termina con un proverbio que resume su mensaje. En relación al reino de Dios, “hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos”. Su advertencia es clara. Algunos que se sienten seguros de ser admitidos pueden quedar fuera. Otros que parecen excluidos de antemano pueden quedar dentro.

viernes, 23 de agosto de 2013


La fundación del monasterio del Glorioso San José del Carmen en la ciudad de Sevilla. Díjose la primera misa día de la Santísima Trinidad, en el año de 1575 (1).

La Fundadora M.Teresa de Jesús refiere estos principios y motivación de la Fundación de Sevilla, primero “ que sería gran servicio de Dios fundar en Sevilla, que le pareció fácil, porque se lo habían pedido algunas personas,que podían y tenían muy bien para dar luego casa, y el arzobispo de Sevilla favorecía tanto a la orden

 Pero fue el Padre Gracian el determinante de la Fundación, puesto que se lo mandó a la santa que lo hiciera. La Santa comienza así la crónica de esta Fundación: “Pues estando en esta villa de Beas esperando licencia del Consejo de las Ordenes para la fundación de Caravaca , vino a verme allí un padre de nuestra Orden, de los Descalzos, llamado el maestro fray Jerónimo de la Madre de Dios, Gracián, que había pocos años que tomó nuestro hábito estando en Alcalá, hombre de muchas letras y entendimiento y modestia, acompañado de grandes virtudes toda su vida, que parece nuestra Señora le escogió para bien de esta Orden primitiva, estando él en Alcalá, muy fuera de tomar nuestro hábito, aunque no de ser religioso. Porque aunque sus padres tenían otros intentos, por tener mucho favor con el Rey y su gran habilidad, él estaba muy fuera de eso. Desde que comenzó a estudiar, le quería su padre poner a que estudiase leyes. El, con ser de harta poca edad, sentía tanto, que a poder de lágrimas acabó con él que le dejase oír teología”.

Por de pronto, Teresa nos dice, en otro lugar, que no quería fundar en Andalucía :”Yo, aunque siempre había rehusado mucho hacer monasterio de estos en Andalucía por algunas causas (que cuando fui a Beas, si entendiera que era provincia de Andalucía, en ninguna manera fuera, y fue el engaño que la tierra aún no es del Andalucía, de creo cuatro o cinco leguas adelante comienza, mas la provincia sí , como vi ser aquélla la determinación del prelado Padre Gracian , luego me rendí . No fue por su voluntad, sino por obedecer a su superior.Con la Madre partían seis monjas “ de harto buenos talentos.María de San José  sería la priora. “Eran tales almas –comenta la Fundadora- que me parece me atreviera a ir con ellas a tierra de turcos, y que tuvieran fortaleza, muy ejercitadas en oración y mortificación; que, como habían de quedar tan lejos, procuré que fuesen de las que me parecían más a propósito. Y todo fue menester”.

Además de las monjas iban los escuderos que salieron de Malagón, Fray Gregorio Nacianceno, Julián deÁvila, Antonio Gaitán, amen de los carreteros y mozos de mulas.Viajaban en cuatro carros. Los bocadillos preparados para el viaje, al día siguiente tuvieron que tirarlos pues se habían corrompido con el calor. La Madre cargó con una gran bota de agua, que fue reponiendo por el camino.


jueves, 22 de agosto de 2013










DOMINGO 21 C. DIA 25 AGOSTO

         La sociedad moderna va imponiendo cada vez con más fuerza un estilo de vida marcado por el pragmatismo de lo inmediato. Apenas interesan las grandes cuestiones de la existencia. Ya no tenemos certezas firmes ni convicciones profundas. Poco a poco, nos vamos convirtiendo en seres triviales, cargados de tópicos, sin consistencia interior ni ideales que alienten nuestro vivir diario, más allá del bienestar y la seguridad del momento.

         Es muy significativo observar la actitud generalizada de no pocos cristianos ante la cuestión de la “salvación eterna” que tanto preocupaba solo hace pocos años: bastantes la han borrado sin más de su conciencia; algunos, no se sabe bien por qué, se sienten con derecho a un “final feliz”.

         Según el relato del Evangelio de San  Lucas, un desconocido hace a Jesús una pregunta frecuente en aquella sociedad religiosa: “¿Serán pocos los que se salven?” Jesús no responde directamente a su pregunta. No le interesa especular sobre ese tipo de cuestiones estériles, tan queridas por algunos maestros de la época. Va directamente a lo esencial y decisivo: ¿cómo hemos de actuar para no quedar excluidos de la salvación que Dios ofrece a todos?

         “Esforzaos en entrar por la puerta estrecha”. Estas son sus primeras palabras. Dios nos abre a todos la puerta de la vida eterna, pero hemos de esforzarnos y trabajar para entrar por ella. Esta es la actitud sana. Confianza en Dios, sí; frivolidad, despreocupación y falsas seguridades, no.

         Jesús insiste, sobre todo, en no engañarnos con falsas seguridades. No basta pertenecer al pueblo de Israel; no es suficiente haber conocido personalmente a Jesús por los caminos de Galilea. Lo decisivo es entrar desde ahora en el reino Dios y su justicia. De hecho, los que quedan fuera del banquete final son, literalmente, “los que practican la injusticia”.

         Jesús invita a la confianza y la responsabilidad. En el banquete final del reino de Dios no se sentarán solo los patriarcas y profetas de Israel. Estarán también paganos venidos de todos los rincones del mundo. Estar dentro o estar fuera depende de cómo responde cada uno a la salvación que Dios ofrece a todos.

         Jesús termina con un proverbio que resume su mensaje. En relación al reino de Dios, “hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos”. Su advertencia es clara. Algunos que se sienten seguros de ser admitidos pueden quedar fuera. Otros que parecen excluidos de antemano pueden quedar dentro.

martes, 20 de agosto de 2013









Fundación del glorioso San José del Salvador, en el lugar de Beas, año de 1575, día de Santo Matía (3).

 

El día 15 oyeron Misa en una ermita. Para afrontar un camino tan abrupto como la sierra de Despeñaperros  y Sierra Morena, contrataron unos espoliques, que los habían de dirigir por trochas y senderos intransitables.Ese día los carreteros perdieron el camino y no sabían por dónde continuar.Las monjas se pusieron a rezar. De repente oyeron unas voces indicándoles que frenaran los carros, y los retrasaran porque estaban en peligro de precipitarse por unas torrenteras hasta el barranco.

Al fin, el miércoles de ceniza llegaron a Beas. Todo el pueblo salió a recibirlas. La primera visita fue a la Iglesia Parroquial. Doña Catalina las llevó a su casa, donde improvisaron un convento provisional. El definitivo lo construyeron en casa de la Vicaría, contigua a la iglesia Parroquial.

¿Y qué pasó de la autorización de la Orden de Santiago, sin la cual no podían fundar un convento en Beas?La buena de doña Catalina había hecho muchas gestiones inútilmente. Pero un día, alquiló un coche y se presentó en Madrid. Acudió al Palacio Real e hizo llegar al mismísimo rey su petición. Alegó que se trataba de fundar un conventonde Carmelitas Descalzas de la Madre Teresa. El Rey dio la autorización.

“Había en esta villa, escribe M.Teresa, un caballero que se llamaba Sancho Rodríguez de Sandoval, de noble linaje, con hartos bienes temporales. Fue casado con una señora llamada doña Catalina Godínez. Entre otros hijos que nuestro Señor les dio, fueron dos hijas, que son las que han fundado el dicho monasterio, llamadas la mayor Doña Catalina Godínez, y la menor Doña María de Sandoval. Habría la mayor catorce años cuando nuestro Señor la llamó para sí. Hasta esta edad estaba muy fuera de dejar el mundo; antes tenía una estima de sí de manera, que le parecía todo era poco lo que su padre pretendía en casamientos que la traían”.

Y  como ocurre con frecuencia, la Santa irrumpe en alabanza y gratitud a Dios;” . Seáis Vos bendito, mi Dios, por siempre jamás, que en un momento deshacéis un alma y la tornáis a hacer. ¿Qué es esto, Señor? Querría yo preguntar aquí lo que los Apóstoles cuando sanasteis el ciego os preguntaron, diciendo si lo habían pecado sus padres. Yo digo que quién había merecido tan soberana merced. Ella no, porque ya está dicho de los pensamientos que la sacasteis cuando se la hicisteis. ¡Oh, grandes son vuestros juicios, Señor! "

Vos sabéis lo que hacéis, y yo no sé lo que me digo, pues son incomprensibles vuestras obras y juicios. Seáis por siempre glorificado, que tenéis poder para más. ¿Qué fuera de mí, si esto no fuera?

 

sábado, 17 de agosto de 2013






Fundación del glorioso San José del Salvador, en el lugar de Beas, año de 1575, día de Santo Matía (2).

Madre Teresa resume así su llegada a Beas:” . Así vinieron las monjas al principio de cuaresma, año de 1575. Recibiólas el pueblo con gran solemnidad y alegría y procesión. En lo general fue grande el contento; hasta los niños mostraban ser obra de que se servía nuestro Señor. Fundóse el monasterio, llamado San José del Salvador :“ En el mismo tomaron hábito las dos hermanas , con gran contento. Iba adelante la salud de doña Catalina. Su humildad y obediencia y deseo de que la desprecien da bien a entender haber sido sus deseos verdaderos, para servicio de nuestro Señor. ¡Sea glorificado por siempre jamás!.

Las hermanas que tomaron el hábito el mismo dia de la inauguración del convento fueron Doña Catalina Godínez y Doña María de Sandoval, hijas de Sancho Rodríguez de Sandoval, que favoreció económicamente la obra.

El viaje desde Malagón a Beas fue muy accidentado . De Malagón partieron con Madre Teresa ocho monjas, dos capellanes Julián de Ávila y Gregorio Martínez, el caballero Antonio Gaitán y los mozos y carreteros que llevaban en cuatro carros las monjas y sus pertenencias. La fecha exacta de la salida de Malagón fue el 14 de febrero.

Pasaron por Daimiel y Manzanares en plena Mancha. En Manzanares se hospedaron, y el hospedero les sirvió una buena caldereta de perdices, que hasta la misma Madre Teresa degustó. Al no tener otra cosa que comer, se aplicó a las perdices, aunque las constituciones  prescribían que las Descalzas no comiesen carne, salvo en casos de necesidad. La Madre tan feliz de poder salvar la situación dijo:¡ Cuando perdices, perdices; cuando penitencia, penitencia.

miércoles, 14 de agosto de 2013


 
 
DOMINGO XX C.Dia 18 de agosto

 

A simple vista nos parecen chocantes algunas expresiones de Jesucristo, que recoge este evangelio. La primera: “ He venido a prender fuego a la tierra”, y esta otra "¿Pensais que he venido a traer paz.. a la tierra? No, sino división".

Pensemos en la primera, la del fuego.¿De qué fuego se trata? Del fuego que arde en el corazón de Cristo, es decir, del amor divino que ha prendido en el corazón humano de Cristo. Desde el momento de la Encarnación, la humanidad de Cristo participa del fuego amoroso e infinitamente intenso del mismo Dios, Con ese fuego nos ama Cristo. De su corazón no salen tibios rayos de amor, sino rayos de amor de una intensidad indecible, sobrenarural, divina. Ese mismo fuego de amor quiere Cristo que arda en nuestros corazones. Quiere comunicarnos, por el Espíritu Santo, su misma intensidad y capacidad de amar. De amarle a El en primer lugar, en lógica reciprosidad. Por el Espíritu Santo, Jesús quiere inflamar la llama de amor viva en el centro más profundo de la sustancia de nuestra alma.

 Ese es el fuego que Cristo quiere que transmitamos en nuestras obras de caridad. La caridad, como el fuego, conoce distintas intensidades. Dios quiere que en la tierra se conozca y se experimente la intensidad máxima de la caridad, la misma intensidad con que El es amado por el Padre, y con la msma intensidad con que el Padre nos ama como a hijos, que es la que se da en los santos.

Vayamos ahora a la otra frase de Jesús:”No he venido a traer la paz a la tierra sino la división”. La clave está en lo que se entiende por paz. Si se entiende en el sentido de connivencia con todo, como si todo diera lo mismo, esa no es la paz que  nos ofrece  Cristo, sino la paz como concordia en el amor, como respeto a la condición fundamental de nuestra dignidad de hijos de Dios y hermanos. Vino a traernos la palabra de Dios, la presencia de Dios que es amor.- Alguno de sus oyentes no aceptaron su mensaje, otros sí. Por eso hubo división. Y eso ocurrió entonces, y sigue ocurriendo en todos los tiempos. Hay tantos que aborrecen a los buenos, a los santos. Ya el apostol San Juan lo advertía: “No os sorprenda de que el mundo os aborrezca". Es que el amor, la bondad, la justicia, el sacrificio irritan a los que practican lo contrario. No pueden soportar que otros se comporten de distinta manera que ellos; se ven desautorizados cuando aparece alguien cuyas obras son rectas y buenas.

lunes, 12 de agosto de 2013














Fundación del glorioso San José del Salvador, en el lugar de Beas, año de 1575, día de Santo Matía (1).

Madre Teresa acababa de salir del monasterio de la Encarnación, 6 de octubre de 1574, donde había estado tres años de priora.A finales de diciembre viaja a Valladolid para resolver diversos asuntos. En enero de 1575 proyecta un largo viaje, de 550 kms., hasta Beas de Segura, provincia de Jaen. Así nos cuenta nuestra Fundadora los inicios de  esta aventura:

“ En el tiempo que tengo dicho que me mandaron ir a Salamanca desde La Encarnación, estando allí, vino un mensajero de la villa de Beas, con cartas para mí de una señora de aquel lugar y del beneficiado de él y de otras personas, pidiéndome fuese a fundar un monasterio, porque ya tenían casa para él, que no faltaba sino irle a fundar. Yo me informé del hombre. Díjome grandes bienes de la tierra, y con razón, que es muy deleitosa y de buen temple. Mas mirando las muchas leguas que había desde allí allá, parecióme desatino; en especial habiendo de ser con mandado del Comisario Apostólico, que como he dicho  era enemigo, o al menos no amigo, de que fundase. Y así quise responder que no podía, sin decirle nada. Después me pareció que, pues estaba a la sazón en Salamanca, que no era bien hacerlo sin su parecer, por el precepto que me tenía puesto nuestro reverendísimo padre General de que no dejase fundación”.

Madre Teresa se lo pensó en serio, pues el Generalísimo Padre Rubeo le había prescrito que fundase en cualquier lugar en que se ofreciese ocasión de hacerlo. Y ésta era una. Lo consultó con el Visitador, y también éste aceptó darles palabra de que se iría a fundar, para no desairarlos. Sabía que la fundación en Beas no podría realizarse sin la autorización de la Orden Militar de Santiago, que no solía conceder.

“ Como él vio las cartas, envióme a decir que no le parecía cosa desconsolarlas, que se había edificado de su devoción; que les escribiese que, como tuviesen la licencia de su Orden, que se proveería para fundar; que estuviese segura que no se la darían, que él sabía de otras partes de los Comendadores que en muchos años no la habían podido alcanzar, y que no las respondiese mal. Algunas veces pienso en esto y cómo lo que nuestro Señor quiere, aunque nosotros no queramos, se viene a que, sin entenderlo, seamos el instrumento, como aquí fue el padre Maestro fray Pedro Fernández, que era el Comisario; y así, cuando tuvieron la licencia no la pudo él negar, sino que se fundó de esta suerte:

Fundóse este monasterio del bienaventurado San José de la villa de Beas, día de Santo Matía, año de 1575. Fue su principio de la manera que se sigue, para honra y gloria de Dios”.

 

viernes, 9 de agosto de 2013









La fundación del Glorioso San José del Carmen de Segovia.1574 (2)

Madre Teresa salió de Segovia el 30 de septiembre de 1574. El 6 de octubre concluía su trienio de Priora en la Encarnación.

Otra razón había para fundar en Segovia, dar cobijo a las carmelias de Pastrana, que no pudieron seguir soportando a la Princesa de Éboli.La comunidad de Segovia engrosó sus filas con las monjas de Pastrana : a poco de tomar posesión de la casa el día de S. José, Julián de Avila y Gaitán partieron para Pastrana, de donde en cinco carros trajeron las 14 monjas que no habían plegado su cerviz a la señora de Eboli: llegaron a Segovia el 7 de abril de 1574.

Podemos imaginar la tragedia del traslado. La Madre lo había encomendado a Julián de Ávila y a Gaitán. Partieron de Segovia sobre el 27 de marzo.Legaron de noche, quitaron el santísimo Sacramento.La priora consiguió que les prestaran quince carros, para transportar las quince monjas y sus enseres. Los carros los situaron a la entrada del pueblo. Hasta allí fueron las monjas en procesión en mitad de la noche. Sin hacer ningún ruido que pudiera hacer sospechar al personal de la Princesa.

Aquella caravana de cinco carros entoldados tenía por delante varios días de camino. Temían que un día u otro los guardianes de la Princesa los detuvieran. Al segundo o tercer día de camino tuvieron que atravesar un rio caudaloso. Las monjas lo pasaron en barco. Pero los carreteros lo atravesaron con sus carros tirados por mulas, con mucha dificultad y peligro.

La Madre, desdeSegovia, lo había presentido.Aquel día, de improviso, exclamó; “Hermanas, rueguen al Señor por las monjas, que vienen de Pastrana, que están en gran peligro”. Harto sufrieron el paso por Madrid y por el Guadarrama. Aquellos días inundados por la lluvia y por la nieve. Estuvieron a punto de perderse . Echaron cinco jornadas. Salieron de Pastrana el  jueves por la noche, 1 de abril, y llegaron el miércoles santo, 7 de abril.

lunes, 5 de agosto de 2013






DOMINGO XIX C-Dia 11 de agosto
“Estad preparados”.Las distintas recomendaciones que nos hace el Señor en el Evangelio de hoy se pueden resumir en estas dos  palabras: estad preparados. La preparación para el encuentro con el Señor en la eucaristía o en el interior de nosotros mismos, ha de evitar, por una parte el vivir angustiados y, por otra, el vivir despreocupados. ¿Cómo vivir entonces, de forma ordenada este tiempo de preparación? Hemos de vivir esperanzados.
Vivir esperanzados significa en primer lugar, mirar con paz el pasado. Grave tentación es mirar el pasado dejándose acosar por el remordimiento. El remordimiento es destructivo, y eso no lo puede querer el Señor. Otra cosa distinta es el arrepentimiento ante el Señor misericordioso, que nos ha tendido continuamente su mano para levantarnos de nuestras caidas. Al mirar a nuestro pasado, al primero que hemos de descubrir es al Señor y su amor misericordioso:la experiencia de la misericordia del perdón de Dios en Jesucrito. ¡Misericordia y perdón! El Señor siempre nos perdona, tiene misericordia, tiene un corazón misericordioso y nos espera siempre.
Vivir esperanzados significa, en segundo lugar, mirar con responsabilidad el presente. La esperanza cristiana no da un salto al futuro por encima del presente, sino que da un nuevo contenido al presente. La esperanza cristiana hace que seamos responsables  y que demos valor de eternidad a nuestros deberes actuales y concretos en el aquí y ahora de nuestra existencia cristiana,- Vivir esperanzados significa ,en tercer lugar, vivir con confianza el futuro, poner nuestras vidas en las manos del Señor. No son nuestros merecimientos los que principalmente nos han de salvar sino los de nuestro Salvador Jesucristo. No mires a tus fuerzas, que te pueden desmayar, sino mira a ese mediador >Jesucristo y el te dará fuerzas.¡ Mi fuerza y mi poder es el Señor!


sábado, 3 de agosto de 2013










La fundación del Glorioso San José del Carmen de Segovia.1574 (1)

Después de haber fundado el monasterio de Salamanca y el de Alba de Tormes y antes que quedase con casa propia el de Salamanca, el padre maestro fray Pedro Fernández, que era comisario apostólico  entonces,mandò a Madre Teresa de Jesús por tres años al Monasterio de  La Encarnación de Avila, del que había salido en 1562 para fundar el de San José.

Sin dejar de ser Priora en la Encarnación, programó y realizó la fundación de Segovia.Envió por delante a Julián de Ávila para solicitar la licencia del Obispo, que la dio de palabra.De Avila, el 18 de marzo de 1574, salió la Madre con cinco monjas, dos capellanes y unos mozos de ayuda. Aunque Julián de Ávila le había advertido lo peligroso que era llegar a Segovia sin la licencia por escrito, la Madre le aseguró que el  monasterio se inauguraría al día siguiente, fiesta de San José.

Entraron en Segovia ya anochecido intencionadamente. Se dirigieron al Mesón del Aceite, y mandaron desde allí aviso a doña Ana de Ximena, que se presentó inmediatamente. Los condujo a la casa alquilada, que previamente había aderezado, como mejor pudo. La casa estaba en la parroquia dse San Andrés,a la calle de Almuzara. De noche, a la luz de un candil, dispusieron las habitaciones. Prepararon una capilla, y al amanecer dijo Misa el P. Julián De Avila y puso el Santísimo.

Escuchemos a la Fundadora: “Tenía la licencia del Obispo que estaba entonces, cuando lo quiso el lugar, de palabra, que lo dijo a un caballero que lo procuraba por nosotras, llamado Andrés de Jimena, y no se le dio nada tenerla por escrito, ni a mí me pareció que importaba. Y engañéme, que como vino a noticia del Provisor que estaba hecho el monasterio, vino luego muy enojado y no consintió decir más misa y quería llevar preso a quien la había hecho, que era un fraile Descalzo que iba con el padre Julián de Avila  y otro siervo de Dios que andaba conmigo, llamado Antonio Gaytán”.Seguidamente había celebrado Misa fray Juan de  la Cruz y el canónigo Juan de Orozco.

Sigue el texto de la Madre Teresa: “No se quiso ir el Provisor de nuestra iglesia sin dejar un alguacil a la puerta, yo no sé para qué. Sirvió de espantar un poco a los que allí estaban. A mí nunca se me daba mucho de cosa que acaeciese después de tomada la posesión; antes eran todos mis miedos. Envié a llamar a algunas personas, deudos de una compañera que llevaba de mis hermanas , que eran principales del lugar, para que hablasen al Provisor y le dijesen cómo tenía licencia del Obispo. El lo sabía muy bien, según dijo después, sino que quisiera le diéramos parte, y creo yo que fuera muy peor. En fin, acabaron con él que nos dejase el monasterio, y quitó el Santísimo Sacramento . De esto no se nos dio nada. Estuvimos así algunos meses, hasta que se compró una casa, y con ella hartos pleitos”.